martes, 26 de julio de 2011

High on a Wire - The Black Box Revelation

Empezamos bien el año, comentaban con resignación los fumadores mientras apuraban el cigarrillo fuera del bar en el frío enero del 2011. Inusual la situación, como poco. Tan inusual como las conversaciones que iban a tener junto con sus compañeros carretilleros a medida que nos adentrábamos en 2011: Disturbios en el norte de África; intervención internacional en Libia; terremoto y consecuentes Tsunami y accidente nuclear en Fukushima; Portugal pide rescate financiero; Zapatero dice que no sigue; Encuentran, matan y lanzan al mar a Bin Laden; Sortu ilegalizada; Se declara legal a Bildu; Joder con Bildu; Rescate a Grecia; Terremoto en Lorca; Strauss Khan; Democracia Real Ya; Primas de riesgo; Los trajes de Camps; Somalia; Doble atentado en Noruega; Amy Winehouse. Y todo eso en algo más de medio año. Uno puede pensar que bueno, de lo malo malo, a peor ya no podemos ir. Ja!

Entonces es cuando te despiertas y ves en la televisión a Superman, aquel hombre que iba a cambiar el mundo y Presidente de los Estados Unidos de América, avisar de que existe el riesgo de que su país se declare en suspensión de pagos. Este presidente que recriminaba al sector financiero la manga ancha con la que había repartido préstamos, exige ahora un acuerdo que permita a su país endeudarse más. Eso es como si yo no puedo pagar mi hipoteca y voy al banco a que me den otro préstamo para pagarla.

El jefe del mundo se encuentra ahora mismo haciendo juegos de equilibrio a muchos pies de altura y si se cae nos vamos todos con el. A Grecia la rescata Europa, pero, ¿Quien puede rescatar a EEUU? Se puede aumentar el techo de la deuda, pero una solución coyuntural nunca soluciona problemas estructurales. Cuando veas las barbas de tu vecino cortar...

Todavía este 2011 va a dar mucho que hablar




I'm on a wire
My head is on the run
Trying to get further cause I know I can't rewind
This time I might go on

I get down, I get down
I can't stop this , I can't stop
I get down, I get down
I can't stop this, I can't stop, stop

High on a wire
Trying to do my show
Just can't help thinking
What's going on below
This time I might fall down

I get down, I get down
I can't stop this, I can't stop
I get down, I get down
I can't stop this, I can't stop, stop

I get down, I get down
I can't stop this, I can't stop
I get down, I get down
I can't stop this, I can't stop, stop
I get down I get down
I can't stop this I can't stop
I get down I get down
I can't stop this I can't stop, stop

domingo, 24 de julio de 2011

Amy Winehouse - R.I.P (The man who sold the world)

Mucho se habla en el día de hoy de la "maldición de los 27 años", edad en la que varios de los artistas más populares de la historia de la música pasaron a mejor vida. Sus nombres bien podrían ser cantados de seguido como si de una alineación de un equipo de futbol se tratara: Jimy Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin, Brian Jonson, Curt Cobain, y desde ayer también Amy Winehouse.

En mi opinión, aunque lo de los 27 años se trata de una mera coincidencia, sí que considero que se trata de una maldición. Sin embargo es obvio que la maldición no les invadió el día de sus muertes, sino mucho antes y les ha acompañado hasta que la mente les ha dicho basta.

David Bowie compuso en su día la canción "The man who sold the world". Según una de las interpretaciones que se han hecho de esta canción, Bowie habla en primera persona de que se encuentra consigo mismo de mayor:

"We passed upon the stair
we spoke of was and when
Altough I wasn't there
he said I was his friend."

Sin embargo, tras hablar con esa persona, a Bowie no le gusta lo que ve, piensa que el señor que tiene delante lleva muerto muchos años:

"I spoke into his eyes,
I though you died alone,
a long long time ago."

Y es entonces cuando se da cuenta de que la razón por la que está muerto desde hace tantos años es porque de joven vendió su vida (el mundo)...

"Oh no, not me
we never lost control
you're face to face
with The man who sold the world"

...y que ya nada puede hacer para evitar llegar a ser el hombre que tiene enfrente, porque pese a ser aún joven, el ya ha vendido su vida.

Caprichos del destino, pese a que la canción la escribió Bowie, se hizo conocida por Nirvana. Curt Cobain debió verse reflejado en la canción (ya comentó que "famoso era lo último que quería llegar a ser") y se voló la cabeza a la edad de 27 años para así evitar convertirse en el viejo señor del que habla la letra.

Amy también vendió su vida hace unos años y el final de la historia ya la conocemos todos.